Cuando llega el verano, hay otra luz a nuestro alrededor ... y es esa luz la que nos invita a redescubrir los espacios que durante el resto del año permanecieron ocultos.
Abrimos una pequeña ventana, y esa nos lleva a otra, y esa a otra ..., y finalmente, hemos abierto y traspasado las ventanas necesarias para Acoger la Luz ...
Abro mi ventana y descubro nuevos paisajes, texturas, sensaciones, olores ... y un sinfín de estímulos al son de arenillas en la toalla, cangrejos en la orilla, mantos de algas sobre las rocas, bocatas bajo la sombrilla ...
Umm ... qué rico, esto enriquece de verdad!!!; me nutro, me oxigeno, gotitas de agua cubren mi piel, suben, bajan, los cangrejos salen, se esconden, la espuma juega sobre la orilla ... y el chapuzón es inevitable.
Y con este son, interno y externo, vamos recogiendo la toalla, despidiéndonos de la orilla, dejando de ser acariciados por la Luz del sol ... para cerrar la puerta del coche, la puerta de casa ... porque mañana volverá una nueva Luz
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